Marrakech y las rutas por Marruecos que conducen al desierto de Merzouga
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Marrakech es una ciudad cautivadora y mágica que sirve como un punto de partida ideal para organizar rutas por Marruecos y llegar hasta el desierto de Merzouga.
Esta ciudad tiene una rica historia, una vibrante cultura, y una belleza arquitectónica que te dejará sin aliento. Aquí te explicamos por qué Marrakech es tan cautivadora y por qué es un excelente punto de partida para tus rutas por Marruecos.
¡Déjate llevar por Dromedario Volador!
Estos son solo algunos de los monumentos más destacados de Marrakech, pero la ciudad tiene mucho más que ofrecer. Con cada esquina que doblas, te encontrarás con una sorpresa arquitectónica o una muestra de la rica historia y cultura de Marruecos. Así que, si planeas visitar Marrakech, prepárate para sumergirte en un viaje mágico a través del tiempo y la belleza.
¡Disfruta con nuestras rutas por Marruecos y explora lugares fascinantes!
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Mezquita de Koutoubia:
Comenzamos con el monumento más icónico de Marrakech. La Mezquita de Koutoubia se alza imponente en el horizonte de la ciudad con su minarete de 77 metros de altura. Aunque no es accesible para los no musulmanes, su sola presencia y su arquitectura inspirada en la Alhambra de Granada, son una maravilla para admirar desde el exterior. Es un punto de referencia ineludible en la ciudad.
Palais Bahía:
El Palais Bahía en Marrakech, es un testamento de la opulencia y el arte islámico. Sus intricados mosaicos, techos de madera tallada y patios decorados, son un deleite para la vista.
El Palacio de la Bahía, uno de los tesoros arquitectónicos más impresionantes de Marrakech, tiene una rica historia que se remonta al siglo XIX. Su construcción comenzó en 1866, durante el reinado del sultán Moulay Hassan I, y se prolongó durante varios años. Sin embargo, el verdadero impulsor detrás de este magnífico palacio fue el Gran Visir Ahmed Ben Moussa, conocido también como Bou Ahmed o Ba Ahmed.
La leyenda y los registros históricos se entrelazan en la figura de Ahmed Ben Moussa. Se dice de él, que era un hombre cruel, de origen oscuro, posiblemente un esclavo de ascendencia africana, quien logró ascender en la jerarquía social hasta convertirse en el influyente visir del sultán Abdelaziz.
Tumbas Saadíes:
Cuando se visitan las Tumbas Saadíes en Marrakech, queda constatado el esplendor de una dinastía. Un monumento que habla de forma muy evidente sobre el esplendor de una dinastía, la de los Saadíes, que rigió el destino de esta zona de Marruecos durante más de siglo y medio, y cuyo legado arquitectónico borró (a excepción de estas tumbas) la siguiente familia reinante: los alauitas.
Este monumento histórico fue descubierto en 1917 y esconde un tesoro arquitectónico y cultural. Las tumbas albergan los restos de miembros de la dinastía Saadí, y las cámaras están adornadas con elaborados mosaicos. La visita a este sitio te llevará atrás en el tiempo y te dejará maravillado por su belleza.
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El Palacio Badi:
El Palacio Badi está a escasa distancia de la Plaza de Jemaa el Fna, por lo que se puede llegar fácilmente desde cualquier punto del centro de Marrakech.
El Palais Badi, así es como se conoce en Marrakech, sigue siendo impresionante y majestuoso, dejando entrever entre sus ruinas, una época de máximo esplendor. Construido en el siglo XVI, el Palacio El Badi era todo un símbolo de opulencia y riqueza, en él, se celebraban grandes fiestas y acontecimientos a los que acudían invitados importantes de ese tiempo.
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Medina de Marrakech:
La Medina de Marrakech, es un monumento en sí misma. Sus calles estrechas y laberínticas te transportarán a la auténtica vida marroquí. Explora los zocos, donde encontrarás una gran variedad de productos, desde especias y alfombras, hasta artesanías y joyas. La Plaza Jemaa el-Fna, en el corazón de la Marrakech, es un lugar vibrante tanto de día como de noche, con puestos de comida, músicos, tatuadoras de henna.
Museo de Marrakech:
Es una visita destacable, pero debéis de saber, que no es de las visitas mejor valoradas por los viajeros que viajan a Marrakech, si disponéis de poco tiempo, os aconsejamos que lo dediquéis a otros monumentos.
El museo de Marrakech se encuentra ubicado en el antiguo palacio donde residió Mehdi Mnebhi, antiguo ministro de defensa del sultán Moulay Abdelaziz. El palacio data de finales del siglo XIX.
El edificio alberga el museo desde 1997, cuando la fundación Omar Benjelloun lo compró para rehabilitarlo, al igual que hizo con la Medersa Ben Youssef y la Quobba Almorávide. Anteriormente, el palacio había sido utilizado como vivienda y posteriormente como colegio femenino.
La parte principal del museo dispone de un patio interior adornado con una gran lámpara y salas dispuestas a su alrededor. En estas salas, se exhiben colecciones de arte marroquí, que incluyen, cerámica, armas, alfombras y otros objetos tradicionales.
En el interior del edificio también se puede visitar el hammam tradicional y una sala de exposiciones temporales.
La Casa de la Fotografía de Marrakech:
Es un espacio de exposición de fotografías antiguas sobre Marruecos. Si os gusta la fotografía, es una visita ineludible. Muy, muy, recomendable a los amantes de la fotografía. Se sitúa en Marrakech, en pleno centro de la Medina. Se inauguró en abril de 2009 y presenta una colección fotográfica que se extiende desde los años 1870 a los años 1950.
Visitar su exposición, os ayudará a sumergiros en la cultura y la historia de Marruecos.
Y…después de la visita, ¡Podéis subir a la terraza, es otro de sus alicientes, restaurante con comida típica de Marrakech y vistas panorámicas espectaculares!
Jardín Majorelle:
Si buscas un refugio de la bulliciosa ciudad, el Jardín Majorelle es el lugar ideal. Este encantador jardín, diseñado por el pintor francés Jacques Majorelle, cuenta con una paleta de azules vibrantes y alberga una impresionante colección de cactus y plantas exóticas. Además, encontrarás el Museo Bereber y un memorial a Yves Saint Laurent, quien amaba este lugar y ayudó a restaurarlo.
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Rutas por Marruecos que conducen al desierto de Merzouga
Si viajas a Marrakech, aprovecha para vivir una de las experiencias más inolvidables y emocionantes. ¿Cuál es? ¿No lo sabes? ¡El desierto de Merzouga!
Dromedario Volador te ayuda a diseñar tu ruta.
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Al llegar a Merzouga, te sumergirás en el mágico mundo del desierto del Sahara.
Aquí hay varias experiencias que no querrás perderte:
Paseo en camello por las dunas de Merzouga:
La icónica actividad en Merzouga es un paseo en camello por las doradas dunas de Erg Chebbi. Mientras te desplazas lentamente a través del paisaje, sentirás la inmensidad del desierto y podrás disfrutar de impresionantes vistas del atardecer o el amanecer.
Noche en un campamento bereber:
Para experimentar realmente la vida en el desierto, puedes pasar la noche en un campamento bereber y dormir en una jaima. Aquí, disfrutarás de una cena tradicional alrededor de una hoguera mientras escuchas música local y observas un cielo estrellado como nunca, antes. Las tiendas nómadas ofrecen comodidad en medio de la naturaleza.
Sandboarding en el desierto de Marruecos:
Si eres aventurero, puedes probar el sandboarding en el desierto de Merzouga. Deslizarte por la arena a toda velocidad es una experiencia emocionante que te hará sentir como un auténtico explorador del desierto.
Quads o buggies en el desierto de Marruecos:
Si eres de aquellos que te gusta la subida de adrenalina, opta por esta actividad, vas a disfrutar de lo lindo.
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Exploración cultural:
Interactúa con los habitantes locales y conoce su forma de vida y cultura. Puedes visitar pueblos tradicionales marroquís y aprender sobre sus tradiciones locales, como la producción de alfombras y la preparación de té.
Observación de estrellas:
El cielo nocturno en el desierto de Merzouga es simplemente espectacular. La falta de contaminación lumínica hace que sea un lugar ideal para la observación de estrellas.
Las rutas por Marruecos al desierto de Merzouga, desde Marrakech es una experiencia que te dejará recuerdos inolvidables. La belleza del desierto, la hospitalidad de los bereberes y la sensación de estar en un mundo completamente diferente te dejarán asombrado.
Es una oportunidad para desconectar de la rutina y conectarte con la naturaleza y la cultura de Marruecos en su máxima expresión.
