Ser hombre en Marruecos
Las rutas por Marruecos te permitirán descubrir qué es ser hombre en Marruecos.
La mayoría de los hombres marroquís nacen en una cultura machista, lo viven desde pequeños, ser hombre en Marruecos, significa nacer con mucha más suerte que la de nacer mujer, las grandes diferencias entre ambos sexos están bien diferenciadas desde el mismo nacimiento.
Aunque no todo es estupendo, ser hombre en Marruecos también conlleva ciertas responsabilidades, ellos son los responsables del sustento de sus familias y del bienestar de sus integrantes.
El mayor, o sea el hijo varón que nace en primer lugar, es el que se quedará en el hogar familiar, y el que se deberá casar antes, el que deberá formar una familia junto a sus padres. En el sur de Marruecos, muchas familias conviven todos juntos. ¿Cómo lo organizan? Todos los hijos varones de una misma familia, se casan y permanecen en la casa de sus padres, junto a sus mujeres y los hijos que van llegando de ese matrimonio. Cada matrimonio, suele tener una habitación para ellos.
Si hacéis rutas por Marruecos, y tenéis la oportunidad de conocer alguna familia marroquí, os daréis cuenta de la importancia que tiene ser hombre en Marruecos, para bien y para mal.
El hombre en Marruecos tiene entre unos de sus principios más importantes, el del respeto, el respeto es algo que ningún hombre marroquí puede dejar atrás, sea cual sea su condición o posición en la sociedad.
Faltar el respeto a la familia es algo imperdonable, algo que difícilmente muy pocos se permiten, aunque a veces no les falten ganas, pues estos hombres se convierten en “esclavos” de sus propias familias, habiendo de aceptar imposiciones que son difíciles de soportar, una de ellas, la más común, es la del matrimonio, las familias insisten cansinamente a que sus hijos se casen y lo peor de todo, es que cuando ellos deciden hacerlo, hartos de escuchar a sus padres y familiares, lo hacen sin ganas, con aquellas mujeres que les proponen sus familiares, siendo la mayoría de veces, primas hermanas, o sea, hijas de sus tíos.
Si haces rutas por Marruecos te permitirá descubrir que los matrimonios que se celebran suelen haber consanguinidad, sobre todo en el sur de Marruecos, yo, que soy española, siempre digo lo mismo: ¿No es grande el mundo, que os tenéis que casar con vuestra familia? Pero en el sur de Marruecos, eso es normal, los primos se casan entre sí, lo ven tan normal, a diferencia de nuestros ojos, casarse entre primos es conocer los orígenes de las familias, por lo que creen que ya tienen mucho ganado, pero…que cada uno juzgue.
En Marruecos hay muchísimos divorcios, es algo fácil, sobre todo para los hombres. Se casan y al mes o a los pocos días, pueden repudiar a la mujer. Para ellos es fácil, no me gusta, no la quiero, quiero a otra, pero para la mujer es algo mucho más complicado, porque tiene el riesgo de quedarse “para vestir santos” el resto de sus días.
¿A parte del respeto, cuál o qué cosa es lo más importante para un hombre marroquí?
Su madre y sus hijos, pero…las madres son las que tienen la posición más alta en la escala de valores para los hombres marroquís.
La mayoría de las madres marroquís, sino todas, gran parte de ellas, conciben a sus hijos sin amor y ese amor tan inexistente entre ella y su pareja, lo trasladan, lo proyectan, hacia sus hijos y sus hijos, hacia ellas.
Los matrimonios son parejas bien avenidas, el matrimonio se va forjando poco a poco, algunos, los que tienen más suerte, puede surgir algo de amor, pero no necesariamente.
Después de haber hecho tantas rutas por Marruecos, os puedo asegurar que he visto de todo.
Hombres bien casados, que respetan a sus mujeres. El hombre marroquí casado y padre de un gran número de hijos y que tiene además a su amante extranjera, pero, lo más fuerte es que la extranjera conoce perfectamente su situación y le resulta totalmente indiferente.
Y es que, esto del amor es complicado, a cada uno le va como le va, no podemos ser jueces de nadie, ni ese es nuestro propósito.