Rutas por Marruecos muy auténticas, Imilchil
Hacer rutas por Marruecos muy auténticas es descubrir el país “sin envoltorio” tal y como es, por zonas poco turísticas, donde no pasan muchos viajeros, tan solo aquellos que buscan descubrir el Marruecos profundo, zonas rurales donde con suerte existe algún alojamiento decente.
Imilchil es una ciudad que se encuentra el Alto Atlas central, exactamente en las altas y desoladas mesetas que dan paso a la cabecera del alto valle de Assif Melloul, superando alturas de más 2.200 metros.
Esta ruta por Marruecos, la escogen muchos ciclistas y motoristas, una ruta rural, donde las curvas nos acompañarán en todo el trayecto.
A la llegada a Imilchil, todo y que, es la capital administrativa y una de las poblaciones más importante de la región, (supongo, porque antiguamente fue elegida por los franceses como centro militar) te da la sensación en entrar en un pueblo donde acaba de pasar una guerra, desolado, destartalado, deshabitado, pero…es que para quedarse a vivir en Imilchil, debe de ser durísimo por las condiciones climatológicas, ahí, hace mucho frío y las nevadas son abundantes, por lo que se deben quedar incomunicados y…es que no hay nada que ver en la ciudad.
¿Que hay en Imilchil?
Pues la verdad es que Imilchil, como ciudad, no merece la pena verla, pero es una de las rutas por Marruecos más auténticas, donde paisajes y la vida rural en todos sus alrededores, son dignos de admirar. El lago Isli con las montañas de fondo, dan la bienvenida a la población de Imilchil.
En Imilchil, solo hay alojamientos sencillos, aquí no encontrarás buenos hoteles, a lo sumo un albergue digno.
En Imilchil se celebra una fiesta muy conocida, el moussem de Imilchil, o sea, las bodas de Imilchil. Durante unos días, la zona se convierte en un gran mercado, no solo de productos, sino de mujeres que quieren contraer matrimonio con aquel que se lo proponga. El gentío durante el moussem es impresionante, es hora de lucirse y de hacerse ver, y…este es el mejor momento. Si alguien hace rutas por Marruecos en cualquier época del año que no coincida con el moussem, sabed, que aquí, parece que nazcan desde buen principio aburridos, muchos hombres, en las horas de sol, apoyan sus espaldas contra alguna pared y se quedan sentados horas y horas, pero claro, yo me pregunto… ¿Que van a hacer?
No hace mucho, hicimos esta ruta por Marruecos, y en el camino, tropezamos con un hombre, el cual subimos a nuestro vehículo, era un pastor, aparentemente parecía mayor, pero en realidad, solo era la dureza de sus rasgos, porque no pasaría de los cuarenta, y nos explicó entre muchas otras cosas, que un amigo suyo, había encontrado mujer y se había casado justo la semana anterior en el moussem de Imilchil, y no os lo perdáis, el amigo encontró mujer con la que casarse y además le pagaron 1.000 euros.
En estas rutas por Marruecos muy auténticas, como es la zona de Imilchil, lamentablemente, a las mujeres, se las trata más como a ganado, que como a personas.
El tiempo en esta tierra, parece no haber pasado o quizás se den cuenta de que las cosas han cambiado, pero… ¿Quién va a ser el guapo que cambie esas costumbres machistas? ¿Los hombres? ¡No creo!
