Juego de los niños saharauis
Un trozo de plástico...con un pequeño cordel puede ser el mejor juguete del día, y convertirse en un mágnifico trineo para deslizarse sobre las dunas, acompañado siempre de su buen humor y su sonrisa, porqué si algo he aprendido de estos niños, es que no necesitan cosas caras para ser felices, su imaginación les lleva a los mejores juegos del mundo.
Les gusta correr, caminar, sentir el viento en la cara y la arena en sus pies, sin importarles nada, son libres!
Gozan de cada minuto, los buenos momentos no los dejan escapar, porqué saben que rápidamente se convertirán en hombres y tendrán la obligación de ayudar a sus familias. La sonrisa siempre evidente en sus rostros, les hace especiales, estos pequeños enanos con sus pies encallecidos y curtidos por la costumbre de andar descalzos a falta de unos buenos zapatos, son unos maestros excelentes en cuestión de supervivéncia, la vida en el desierto es dura y ellos...se convierten...no en buscadores de tesoros, no! Se convierten en buscadores de vida!
Y buscarse la vida es un gran juego!