El regateo excesivo, es falta de respeto en Marruecos
¡Regatear en exceso en Marruecos, es una falta importante de respeto!
Aquellos viajeros que vayáis a hacer rutas por Marruecos, tenéis que saber que el regateo es una práctica muy común, pero si os pasáis y regateáis en exceso, estáis cometiendo una grave falta a los ojos de un marroquí.
No con todo se puede regatear, hay cosas que valen lo que valen y no hay vuelta de hoja. Si vais por la medina hay muchas tiendas, de cerámica, de ropa, de decoración, en todas ellas el regateo es una práctica habitual, pero ir con sumo cuidado y no os paséis de listos, porque conseguiréis que se enfaden con vosotros.
En tantas rutas por Marruecos que hacemos Dromedario Volador, nos hemos tropezado con un montón de gente (evidentemente no todos clientes nuestros), sino viajeros que disfrutan de su viaje y os puedo a bien asegurar que a veces he sentido vergüenza ajena de algunos turistas de mí misma nacionalidad.
Recuerdo una vez, estaba en el desierto de Merzouga, en un albergue en cuyo lugar es como si fuera mi casa y cuyo propietario tiene un gran don de gentes, está acostumbrado a tratar con turistas de muy diversas nacionalidades, y ese día, presencié un regateo de unos madrileños. Regateaban miserablemente dos noches por la estancia completa, con comidas y cenas, por 20 míseros euros. ¡Vergüenza es lo que pasé! Os juro que me tuve que contener muchísimo para no saltar. Oía a los turistas explicar que habían tenido una avería en su vehículo y que no podían pagar más de 5 euros por día y… disculparme si ofendo a alguien, pero eran unos pijos, que solo yendo a desayunar en Madrid se lo gastaban en un plis plas. ¿Pero su filosofía cual era? ¡Estaban en Marruecos y el regateo es algo común! Pero…esos tres personajes quedaron bien retratados por todos los que lo presenciamos y yo, de peor manera que los demás, porque cuando estás en un país invitado, quieres sentirte orgullosa de la gente de tu tierra y en este caso, fue todo lo contrario.
El dueño del albergue fue todo un señor, por lo que ni se molestó, les dijo que le dieran lo que pudieran y así lo hicieron los otros, pensando en lo listillos que habían sido, pero, no, no, el dueño fue el inteligente, avergonzándolos ante todos los que estábamos allí presentes, usando la lanza de la cortesía, de la bondad, y de la amabilidad.
Algunos turistas, se creen que los marroquís son tontos, que pueden aprovecharse y regatear hasta lo indecente, y eso no va así.
Regatear a la hora de comprar una botella de agua, eso también lo he visto. Hay límites para el regateo, hay que poner sentido común a las cosas, ni más ni menos, porque caer en el regateo excesivo, es falta de respeto en Marruecos.