Amar en Marruecos
Quien lea este post de Dromedario Volador, posiblemente haya vivido la experiencia de amar en Marruecos, quizás todavía ame, o quizás haya amado, pero en cualquiera de los casos, habrá conocido el “amor en Marruecos”.
¿Porqué escribo amor en Marruecos entre comillas? Porque lamentablemente la venta de amor en Marruecos es algo muy común, una fea practica que tanto hombres, como mujeres, practican.
El amor en Marruecos, como en cualquier parte del mundo es incierto, nunca sabes a dónde te conducirá, puede llevarte a buen término o acabar mal.
La mayoría de las historias de amor en Marruecos que tienen los extranjeros, - si es que se le puede llamar así – son historias fugaces de una noche, esta claro que eso tiene otro nombre, pero vamos a dejarlo así.
Amar en Marruecos es complicado, porque no solo nos enfrentamos a una única persona, - a quien amamos – sino que también debemos lidiar con una sociedad culturalmente cargada de tradiciones, ya sean buenas o malas, pero, os aseguro que están muy presentes.
Si decides amar en Marruecos, lo debes hacer incondicionalmente, porque crees en tu amor verdadero y apuestas por él, a pesar de que te digan que hay muy pocas parejas que lo consiguen, quizás tu seas ese 1% y pierdes la oportunidad de ser feliz.
Soy del parecer que en el amor no hay nada fácil, y amar es sufrir. Cuando quieres a alguien sufres por él, ya sea en el amor de pareja, como en el amor hacia los hijos.
Amor entre parejas marroquís
Mis rutas por Marruecos me sitúan más por la zona del desierto de Marruecos, y es donde más nuevos matrimonios marroquís he vivido. Mi percepción claramente es que son matrimonios amañados, sin ningún tipo de amor y a veces incluso, con poca atracción, pero culturalmente ambos sexos, lo tienen tan asumido, que, ni remotamente se plantean lo que quizás nos planteamos los extranjeros.
En Marruecos dicen que el amor llega más tarde.
Que cada uno, saque sus propias conclusiones.
Amor entre extranjeros y marroquís
¡Agárrense que llegan curvas! Ambos lados tendrán que dar muchas explicaciones a sus familiares, ya sean los extranjeros con sus familias, como los marroquís con las suyas, ese será el primer inconveniente para declarar su amor a los cuatro vientos.
No nos engañemos, una familia tradicional marroquí no quiere para su hijo o hija un extranjero, y tampoco, una familia europea quiere un marroquí. Nuestras culturas están cargadas de prejuicios equivocados y lo curioso es que, el amor no entiende de fronteras, de culturas, ni de color.
Casarse una española con un marroquí, es una carrera de resistencia y obstáculos, solo resistirán unos pocos. Lamentablemente, descubriremos cuán grandes son las fronteras de nuestros países, y deberemos dejarnos ningunear por nuestro país, pasando por entrevistas entre juzgados y consulados, explicando nuestros sentimientos y a la suerte de unos cuantos funcionarios.
Pero es que…el mundo entero está enfermo de amor, vivimos en un mundo roto por el racismo, y cada uno de nosotros, individualmente, debemos aprender a ser más humanos y a creer en el amor.