Visitar el Parque Nacional de Khenifiss en Marruecos
Cuantos lugares bonitos hay para hacer rutas por Marruecos? Muchos!
La mayoría de las rutas que se ofrecen en las agencias de tours por Marruecos, son rutas por donde el turismo pasa frecuentemente, pero hay rutas que son verdaderas desconocidas, no solo para los turistas, si no para muchos marroquís.
Dromedario Volador, que siempre está buscando nuevas rutas por Marruecos, con la intención de ofrecer algo diferente, algo muy auténtico, queremos hablaros del Parque Nacional de Khenifiss en Marruecos.
Esta ruta puede empezar saliendo de Marrakech, dirigiéndonos a la costa Atlántica, hacia la población de Mirleft, un pequeño pueblo de pescadores y ahora también de surfistas, con un par de calles centrales, donde bajo los arcos, hay coquetas tiendas, cafés y restaurantes.
La ruta por Marruecos deberá continuar hasta Sid-Ifni, y girar en un cruce hacia la izquierda en dirección a Guelmim, donde comienza el desierto del Sahara, desde ese momento, las carreteras serán largas e interminables, con únicamente de acompañante el desierto del Sahara, hasta llegar a Tan tan, una ciudad costera, que fue fundada por los españoles como puesto militar, allá por el 1940.
La ruta por Marruecos para llegar al Parque Nacional de Khenifiss es larga, a veces monótona, pero vale la pena el camino, porque la recompensa es magnífica.
Un pequeño desvío en la carretera, disimulado por pequeñas dunas y sin señalizar, nos lleva hasta el Parque Nacional de Khenifiss, ahí, al final del camino, se encuentran varios pescadores, arreglando sus redes y contando historias, a nosotros, o sea a Dromedario Volador, nos espera Hamid, un hombre de unos cuarenta años, quizás menos, es pescador y tiene una pequeña barca, él será quien nos dé el paseo en barca y nos acerque hasta las dunas.
Nos montamos con él en su pequeña barca de color azul. Hamid es realmente un hombre increíble, un espíritu libre, salvaje, como el lugar en que nos encontrábamos.
Mar y dunas! Así es el paseo por el Parque Nacional de Khenifiss. Sensacional, sin palabras, un paisaje que invita al relax, a la despreocupación y sobre todo, un canto a la vida, por el mar, las dunas, la fauna, la libertad y el silencio.
La paz reina en esa tierra, virgen y salvaje, donde los flamencos habitan en ese “mundo perfecto”. Solo para ellos y esos pocos pescadores que de vez en cuando, con el ruido de sus barcas, les hacen alzar el vuelo para ver su majestuosidad.
Dromedario Volador, pasó una tarde fantástica, siendo tan solo tres, Hamid, Alí y la que suscribe, Maite y… no podemos tener mejor recuerdo de aquel encuentro.
Atardecer en el mar, sentados en las dunas, charlando…
Gracias a Hamid, nuestro guía y amigo del Parque Nacional de Khenifiss.