¿Qué ver a pie en el centro de Meknès?
Cuando te encuentras de rutas por Marruecos el mejor modo de sumergirse en la cultura de la ciudad Imperial de Meknès, es hacerlo, caminando por su centro histórico, compacto y fácil de explorar.
Para empezar vuestro itinerario lo más aconsejable es escoger como punto de partida el Mausoleo de Moulay Ismail, aquí, se encuentra la tumba Ismail Ibn Sharif, conocido como el sultán Moulay Ismail, clave figura en la historia de Marruecos y creador de la ciudad Imperial de Meknès, un personaje fascinante que consiguió unificar el país, pero que también, fue considerado, uno de los monarcas más crueles y malvados de la historia.
Dejando el Mausoleo de Moulay Ismail a vuestra derecha, encontraréis el barrio de Dar el Kebira, una zona residencial, y continuando por la puerta de (rue Palais) llegaréis hasta el edificio de Koubba el Khayatine, sin ser de grandes pretensiones, respecto a otros palacios, está maravillosamente decorado, servía como sala de recibimiento a los grandes dignatarios extranjeros que visitaban la ciudad de Meknès.
El edificio Koubba el Khayatine, consta de unas escaleras que bajan a unas celdas subterráneas, llamadas Habs Qara, se cree, que, en estas catacumbas, el Sultán Moulay Ismail, impresionaba a su ejercito de esclavos, de europeos y africanos, los cuales debían trabajar en los grandes proyectos del sultán, evidentemente de manera obligatoria y esclavizada.
Prosiguiendo el itinerario para ver Meknès a pie, os encontraréis con la puerta de Bab Mansour, que de frente se encuentra con la conocida Plaza de El Hedime.
Bab Mansour, limita la ciudad Imperial, y la medina. Se trata de una de las puertas más bonitas de todo Marruecos, del siglo XVIII, con una puerta de madera de más de 15 metros de altura. La puerta, Mansour, lleva el nombre de su arquitecto, un cristiano convertido al islam, que contribuyó al desarrollo de la ciudad Imperial de Meknès, con esta hermosa creación, que atesora detalles arquitectónicos, con fachadas recubiertas de zellij (azulejos), de colores azules y cremas, y columnas de mármol que provenían de Volubilis, donde se encuentra la huella de Roma en tus rutas por Marruecos.
La plaza de El Hedime se convierte en una explosión de humanidad, y tras tanta muchedumbre, se divisan los tejados verdes turquesas del Palacio Dar Jamaï. A simple golpe de vista, no nos llama la atención, pero en su interior posee uno de los mejores museos de la cultura y tradiciones marroquís de todas las regiones, poseedor de cerámicas tradicionales, joyas, alfombras y tejidos espectaculares. No os perdáis ver las sillas de montar con brocados.
A la salida del museo, vuestros pasos os conducirán por el zoco, sabed, que en Meknès son especialistas en la fabricación de babuchas, por lo que, si os gustan, este será el mejor sitio para comprarlas.
Continuar y os encontraréis con el minarete y el característico color verde turquesa, que alza la Gran Mezquita de Meknès, de la cual no podréis hacer la visita, ya que solo se permite la entrada a los musulmanes, pero en su lugar podéis visitar la Madraza de Bu Inania, un magnífico edificio histórico, que daba alojamiento a estudiantes. Fue terminada en 1358 por Bu Inan, que también construyó una madraza más lujosa que lleva su nombre en Fez. Las celdas del piso inferior alojaban a estudiantes entre 8 y 10 años, y en los superiores, los mayores y profesores. Se puede subir a lo azotea para disfrutar de las vistas.