Próximo destino, Marrakech
A dos horas de vuelo y por unos 60 euros, puedes aterrizar en otro mundo. Déjate llevar por Dromedario Volador y decide que tu próximo destino, sea Marrakech.
Marrakech una ciudad diferente, un salto de Europa a África, donde todo es diferente, sumérgete en una cultura desconocida y vive unos días locos en la caótica Marrakech, sin duda un destino exótico donde encantadores de serpientes te hipnotizarán y lograrán arrastrarte hacia la medina, entre olores de especias y pan recién horneado, la locura de esta gran ciudad se rendirá a tus pies.
Acostúmbrate al canto del almuecín, donde a horas intempestivas llama a la oración, son las cinco de la mañana y otros, se lavan y se purifican para rezar.
Conoce la plaza de Jemaa El Fna, en un ambiente completamente diferente de día qué de noche, pero ella, siempre es la misma embaucadora, ya sea con las paradas de restaurantes, las mujeres tatuadoras de henna, los encantadores, los músicos, los vendedores ambulantes…En Marrakech, todo es un negocio, nada es gratis, es la ciudad de los buscavidas, donde uno compra, vende, regatea, busca algo.
Pero no te asustes, sigue el ritmo de la ciudad roja y todo irá como una seda, lo esencial es sonreír y contestar amigablemente, esas son las dos premisas importantes para seguir y moverte por Marrakech, huye de confrontaciones pues no vas a conseguir nada, si alguien se te acerca de manera pesada, como los falsos guías, contéstale con una gran sonrisa diciéndole que ya conoces el camino.
El arte del regateo en Marrakech es como un juego obligatorio, algo que no siempre nos apetece, pero inevitable.
Si decides regatear, ojo y no tires demasiado el precio hacia la baja, porque de tontos no tienen un pelo, y tirar muy abajo el precio, es ofenderles.
La noche en Marrakech es larga, puedes ir a los lugares más lujosos, discotecas, coctelerías o bien quedarte en la frenética plaza de Jemaa El Fna o decidir acercarte al barrio de Guéliz, en la Ville Nouvelle.
Marrakech es como una moneda, tiene dos caras, una es la apariencia del mundo musulmán y otra, es la realidad, que es más que diferente de aquello que predican.
La noche en Marrakech llega lentamente, pero con fuerza, los locales se llenan de gente, con turistas jóvenes dispuestos a pasar una noche loca, extranjeros solitarios que van en busca de compañía, prostitutas, marrakchís… hay de todo, y el juego se complica todavía más con las miradas, deberás utilizar un escáner para acabar determinando, quién cobra y quién paga.