Los viajes por el desierto de los nómadas
Los nómadas del desierto se preocupan mucho por sus animales, dromedarios, cabras y burros, a veces hasta arriesgan sus vidas por ellos, ya que de ellos depende la supervivencia familiar, siempre andan buscando pastos donde sus animales puedan alimentarse y la verdad es, que el desierto puede ser uno de los lugares más complicados para alimentar el ganado. Los nómadas cuando quieren cambiar de sitio (viajar por el desierto) hacen una reunión entre todos los vecinos, los ancianos y los jóvenes, tan solo los hombres, y discuten entre ellos la zona donde quieren desplazarse para asentarse otra vez y donde quedarse mucho tiempo. Buscan zonas en las que haya agua, algo de pasto y que sea un lugar cómodo, pero evidentemente a veces no se consigue, ya que no siempre hay de todo.
Por la noche, entre todos, organizan un pequeño equipo de jinetes y dromedarios, como si se tratara de un deporte, ya que, por la mañana saldrán a reconocer y cubrir toda la zona por donde quieren moverse. Preparan la comida y todo lo que necesitan para su expedición, esta durará hasta una semana y los bienes serán compartidos entre todos.
Cuando regresan los exploradores, se reúnen otra vez y deciden cuando se van a mover para cambiar de sitio, quedan de acuerdo en un día y juntos piensan en los preparativos para su nuevo hogar.
Si el sitio está muy lejos, a 2 o 3 días de camino, en primer lugar se pondrán en marcha los pastores acompañados con los animales, las cabras y los dromedarios, excepto aquellos que usan para cargar las cosas, como las antiguas caravanas del desierto.
Las familias que tienen muchos hijos serán los más rápidos y los que ayuden a los demás, recogen todas las cosas y a los animales que no pueden caminar todo el día los colocan encima de los burros o dromedarios. Se mueven pronto, madrugando, caminan casi todo el día y por la tarde se cogen un sitio donde descansar la noche, y al día siguiente vuelven a repetirlo hasta que llegan al lugar escogido. A la llegada cada familia escoge un sitio y monta su jaima, y el día posterior se celebra una fiesta por el nuevo sitio, con comidas y música.