Las cascadas de Ourika, en verano
Cuando en verano las temperaturas van al alza, todo el mundo busca lugares donde poder estar más frescos, y las cascadas de Ourika, así como su valle, es uno de esos sitios. El valle de Ourika se encuentra a 45 minutos de Marrakech y es la vía de escape de muchos Marrakchís. Sabed que la ciudad roja en agosto puede alcanzar los 50 grados, siendo afortunadamente, un calor muy seco y soportable, sobre todo a la sombra y mucho mejor, tomando un refresco. Este calor la mayoría de Marrakchís buscan paliarlo en lugares refrescantes y el sitio más cercano es el valle de Ourika, donde se encuentran las cascadas de Ourika, en realidad es la “playa” más cercana a la ciudad, y no os podéis imaginar como se pone de gente. ¡Hasta los topes!
La excursión a las cascadas de Ourika, es recomendable sobre todo de febrero a abril, cuando los campos de almendros y cerezos florecen y el valle se convierte en una explosión de flores silvestres, y tan solo unos cuantos, deciden hacer este agradable paseo, pero en verano…es horroroso.
En Ulmes, hay restaurantes y asadores de carne a la brasa, muchos de ellos son chiringuitos improvisados para aprovechar la gran afluencia de gente, y los restaurantes ofrecen comer en los márgenes del río, unas mesas de plástico, sillas y un parasol, y a comer un buen tajine de pollo o cordero.
Pero si vas en verano… un consejo, olvídate de ir a las cascadas de Ourika, porque te decepcionarán.
En una ocasión, nos encontramos que teníamos unos amigos que querían ir a las cascadas de Ourika, era el mes de agosto, y decidimos llevarlos, pero cual fue mi sorpresa al llegar y ver a tanta gente, nunca lo había visto así, los márgenes del río estaban repletos de gente, con sillas, mesas, toallas, estaba claro que eso, no era lo que yo conocía.
Fue un día divertido, porque cada uno de nosotros se lo tomó con muy buen humor, nos reímos y pasamos un rato agradable de ver a tanta gente escapando de la ciudad, furgonetas destartaladas iban llegando y marchándose cargadas de gente, pero…no os imaginéis pasajeros sentados en sus asientos, no, no, de eso nada, iban apelotonados como ganado, incluso yo tuve que ayudar a cerrar las puertas de una, ya que ellos no podían.
Las cascadas de Ourika, se transforman en verdaderas playas de veraneantes para todos los Marrakchís, convirtiendo el paisaje en un merendero enorme, con muchísimas familias que vienen a refrescarse en el río.
La mayor suerte, se la llevan los hombres y los niños varones, que se bañan a sus anchas con su bañador, luego van las niñas, muchas de ellas las verás meterse en el agua con ropa y luego…las mujeres, sentadas en una roca, con los pies en el agua, admirando con envidia como se refresca su familia y ellas, que remedio les toca, conformándose.