El desierto de Chegaga, en un campamento de lujo
El desierto de Chegaga es una de las rutas por Marruecos más desconocidas para la gran mayoría de los viajeros, generalmente solo han oído hablar del desierto de Zagora, que es uno de los más turísticos y donde llegan grandes grupos en mini bus o el de Merzouga.
El desierto de Chegaga, es diferente, aquí solo vienen viajeros que quieren vivir aventura y rutas por Marruecos muy auténticas, saliéndose de los clásicos packs turísticos. Hay que decir, que solo se puede hacer esta ruta, contratando una agencia como Dromedario Volador, los cuales trabajamos exclusivamente con vehículos 4x4, ya que solo ellos podrán atravesar el desierto, una pista de más de horas, donde solo los conductores más experimentados pueden hacerla.
Una de las rutas por Marruecos de lo más bonitas y donde el desierto se convierte en tu gran compañero de viaje, es pasar la noche en el desierto de Chegaga, en un campamento de lujo, aquí, donde no hay nada, el viajero encuentra todas las comodidades para pasar una noche mágica en el desierto.
Desde Dromedario Volador, recomendamos pasar la noche en el desierto de Chegaga en un campamento de lujo, exactamente en Desert camp Azalai. Tenéis que saber que barato no es, pero la experiencia os va a encantar, vais a pasar una noche de lujo en medio de la nada, incluyendo el paseo en dromedario.
Cena a luz a luz de las velas, buena comida, servicio excelente, un campamento de ensueño como en la película de “Memorias de África” y es que esto… es África y solo vais a encontrar una pega…Os tendréis que ir, llevándoos con vosotros todos esos buenos momentos, pensando que algún volveréis.
Una de las noches más bonitas que recuerdo de todas mis rutas por Marruecos, fue aquí, en el desierto de Chegaga, en la que pudimos disfrutar de un cielo totalmente estrellado, realmente vale la pena el viaje, aunque sea para ver las estrellas, buscar el silencio del desierto y estar en buena compañía.
El desierto de Chegaga, se encuentra al sur de Zagora. Saliendo o entrando del desierto te encuentras con la ciudad del M’Hamid, una ciudad rural, que habitan los antiguos nómadas, yo siempre que paso unos días ahí, con la familia de mi marido, siempre digo… con perdón… que estamos en el culo del mundo, porque… no hay nada, es un lugar muy auténtico pero duro para vivir siempre ahí, y es curioso, muchas veces que he hablado con las sobrinas de Alí, les he preguntado si les gusta vivir en el M’Hamid y su respuesta es afirmativa, con una gran sonrisa, me dicen que es la mejor ciudad para vivir.
Mi reflexión me lleva a decir… Ellas no conocen nada más, no echan de menos algo tan sencillo como poder desayunar un croissant con una taza de chocolate caliente y nata, ellas no conocen nada, pero su vida es feliz, con su desierto a las puertas de su casa, sus estrellas y sus gentes.